sábado, 25 de septiembre de 2010

Albacete femenino y plural


Dentro de las iniciativas prácticas que desean dar otra mirada a la arquitectura y a la ciudad, está la llevada a cabo en el Ayuntamiento de Albacete (Albacete plural) dirigida por la arquitecta Elia Gutiérrez Mozo. Comprender como se traslada la perspectiva de género a la redacción de un plan de urbanismo (en este caso el Plan General de la ciudad) va a ser fácil después de la lectura de su web, pero previamente me gustaría hacer una reflexión sobre lo esta perspectiva implica, basada en la Carta de las Mujeres y la Ciudad, que fue redactada con el apoyo de la Comunidad Europea entre 1994 y 1995. www.cityshelter.org/03.charte/chartes/02charte-es.htm

Las mujeres han sido los sujetos invisibles de la ciudad hasta hace relativamente poco tiempo (mediados del SXX), momento en el que su acceso al mundo laboral, les ha permitido formar parte del espacio público de una manera pretendidamente igualitaria. Hasta entonces, el uso que hacían de este espacio era exclusivamente ligado a lo cotidiano, al día a día. Al trabajo entendido como “reproductivo”.

Las ciudades modernas han sido diseñadas para y por aquel que, María Ángeles Durán –catedrática de sociología del Consejo Superior del Consejo de Investigaciones Científicas- llama “varavo”. Varón, sano, activo  productivo y motorizado. Es decir el hombre movido por el motor de la economía productiva. Las mujeres, aunque con acceso al espacio exterior público y profesional, no han participado en el diseño urbano. Y ahora que la inteligencia emocional basada en la empatía se abre paso, urbanistas y gestores comienzan a darse cuenta  de la importancia del papel de la mujer en un campo tradicionalmente masculino. La empatía entendida como el ponerse en el lugar del otro es necesaria para diseñar ciudades. 


Entender la ciudad con perspectiva de género es comprender que los ciudadanos que habitan en ella lo desean hacer poéticamente. “El ser humano habita poéticamente sobre la tierra” decía Heidegger. Para habitar poéticamente el ciudadano necesita apropiarse del lugar, hacerlo suyo, asumirlo y reconocerlo. Amarlo. El diseño de sus espacios ha de hacerse pensando no sólo en el famoso varavo sino en todas las personas con sus distintas necesidades, distinto sexo, distinta procedencia, distinta edad, raza, religión o estrato social o cultural.  Y de una manera participativa, es decir utilizando las opiniones que se indiquen a través de la colaboración ciudadana.


Después de hacer una lectura cuidadosa de la Carta de las Mujeres y la Ciudad, se podría resumir que una ciudad con la perspectiva ya citada, sería aquella igualitaria, flexible (no rígida en su concepción, ni centralizada, sino mezclada por áreas, posible, mestiza, plural...), segura (bien señalizada, sin puntos oscuros...), accesible y sostenible (dando a esta palabra su verdadero significado no sólo en lo medioambental sino en lo social, humano y económico). Y bañándolo todo un entendimiento emocional y afectivo del espacio, vinculado a la cotidianeidad, no a sus espaldas. Pues como dice el filósofo Emilio Lledó: “… hecha a la medida humana, la ciudad debe ser la prolongación de la casa; el ámbito a donde apuntan los vectores de la vida individual, y donde ésta encuentra los márgenes que la constituyen como parte de una colectividad estimuladora y enriquecedora...”


Aplaudimos desde aquí la iniciativa de Elia Gutierrez Mozo y su equipo en Albacete (ciudad ya pionera gracias a la puesta en práctica del Presupuesto Participativo que nació en Porto Alegre) y os invitamos a deteneros un rato en su web
(www.albaceteplural.es) para poder ver las propuestas que han ido desarrollando en distintos barrios, gracias a múltiples talleres, cuestionarios, concursos de fotografía, etc y por supuesto a la voluntad política de su alcaldesa y la participación de la paisajista Bárbara Pons Giner.


Albacete Plural fue seleccionado para formar parte de la Exposición “Una ciudad llamada España”, mostrada en Atenas el pasado Mayo de 2010.


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