Finlandia es el país de los mil lagos. También es el de los
mil bosques donde se encuentra, en gran parte, el origen de su riqueza.
La madera se ha usado desde
tiempos remotos en la construcción de viviendas como material ligado a la
tierra y los finlandeses se han hecho magníficos carpinteros y talladores, sintiendo el material como algo propio, artesano
y poético, del que les gusta sentirse
rodeados, oler y tocar.
Las sencillas cabañas de fin de semana al borde de los lagos
(tierra sobre agua) muestran diferentes formas de ensamblar las tablas que usan
para muros, suelos, tejados, vallas, pilares o escaleras con ejemplos
tradicionales y de vanguardia.
La madera se ha utilizado también en la construcción de iglesias
antiguas, como la Iglesia vieja de Petäjävesi (1.765) con su techo con 4
bóvedas y, en el centro, una cúpula ortogonal. A la entrada, el techo pintado de
azul, representa el cielo.
Las saunas son otros pequeños habitáculos, siempre de madera por dentro o por fuera, con distintas formas y estilos.
Ya en el siglo XX, Alvar y Aino Aalto siguen usando la
madera en suelos, laminados o escaleras, tanto en su villa más conocida, la Villa
Mairea, como en otros edificios y en el diseño de muebles o revestimientos que
siguen comercializándose actualmente bajo la firma Artek.
Otros edificios modernos, combinan la funcionalidad con la
belleza, extrayendo de la madera su esencia natural y se insertan en la
naturaleza acompasados en el tiempo.
Suavidad y firmeza,
olor, nobleza, efecto acústico, durabilidad, resistencia,
facilidad en el montaje, biodegrabalidad, son algunas de las excelentes características
de la madera en la construcción que los finlandeses han sabido apreciar.
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